CABO DE GATA: RESERVA DE LA BIOSFERA

Texto y Fotografía:  © José Javier Matamala García

Editor de www.almediam.org

Última revisión: Marzo de 2011

 

Aridez y mar, sierra volcánica y salinas, acantilados y dunas. Un lugar arrancado de África y bañado por las mansas y aquí límpidas aguas del Mediterráneo. Los navegantes fenicios bautizaron a esta sierra con el nombre de Charidemo, promontorio de las ágatas; Gata para el almeriense, recortando sílabas y ahorrando el esfuerzo que el implacable sol recomienda durante el caluroso estío. Pueblos blancos, casi cegadores, testigos vivos de un Al-Andalus perdido y, a la vez, omnipresente. Jarapa, esparto y cerámica en el interior. En la costa, pesca artesanal. Hombre y naturaleza, armónicamente entrelazados han configurado el aspecto actual de uno de los lugares más bellos y singulares del Mediterráneo.

Isleta del Moro

 

Isleta del Moro

 

 

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