EL MEDIO SUBMARINO
La franja sublitoral
de Cabo de Gata
se caracteriza por presentar una sucesión de
fondos de roca y de arena donde se asientan diferentes comunidades de fauna y
flora marinas, adaptadas a distintas condiciones de luz, profundidad y oleaje.
En términos generales el estado de los mismos puede calificarse como bueno,
aunque no queda exento de los problemas de sobreexplotación pesquera y
contaminación comunes a los mares costeros del planeta. Pese a ello es difícil
encontrar a lo largo de las costas del Mediterráneo, una representación tan
amplia y bien conservada de lo que debieron ser sus fondos primigenios. Aunque
las generalidades siempre son inciertas, podemos distinguir en el litoral
almeriense tres tipos principales de fondos con entidad propia: los rocosos, los
arenosos y las praderas de Posidonia.
Fondos rocosos
Este tipo de fondos está bien representado dentro de este ámbito y suele coincidir con prolongaciones submarinas de la serranía y roquedales litorales. Lo primero que llama la atención es su belleza y variedad paisajística con la presencia de pasillos, “roquedos”, hendiduras, cuevas, grietas similares al entorno emergido, así como la gran variedad de formas vivas que albergan.
La cubierta vegetal de algas suele ser muy densa, sobre todo a poca profundidad
donde la incidencia de luz solar es abundante, ofreciendo cobijo y alimento a
diferentes especies de
esponjas (poríferios),
anélidos, crustáceos, moluscos,
equinodermos (estrellas de mar, erizos),
anémonas o auténticos corales como el anaranjado -Astroides calycularis-,
una de las especies protegidas de los fondos submarinos del parque.
Alga unicelular Acetabularia acetabulum |
Esponja Cambre cambre en asociación con otros animales y vegetales |
Anémona (Anemonia sulcata) |
Coral anaranjado (Astroides calycularis) |
Distintos peces frecuentan en este tipo de hábitat, destacando el rascacio,
el falso abadejo, el
congrio, el dentón o la lisa
y, a menor profundidad, el fredi, el corvallo, la morraja,
la babosa, la castañuela o el salmonete real, habitante de
grietas, cuevas y otros lugares oscuros.
Rascacio (Scorpaena sp.) |
Fredi (Thalassoma pavo) |
Entre los más ilustres moradores de estos fondos se encuentra el mero,
especie en franca regresión por la pesca excesiva a la que se ha visto sometido
durante las últimas décadas. Estos robustos serránidos, de prominente mandíbula
inferior, pueden llegar a alcanzar los 50 años de vida, un peso de 40 kilos y
una longitud de hasta 140 cm. Poseen un carácter solitario y territorial y
suelen permanecer junto a su guarida al acecho de posibles presas, ayudándose
para capturarlas de su capacidad de mimetizarse con el entorno variando el tono
de las escamas. Es un animal hermafrodita, que nace hembra y se transforma en
macho a los 10 o 12 años de edad.
Las grietas y fisuras de los roquedales submarinos son también el hábitat
preferido del pulpo, el molusco que presenta el cerebro más complejo
dentro de los
moluscos; posee una desarrollada capacidad de camuflaje que
le sirve, tanto para esconderse de sus predadores, como para dar caza a los
peces y crustáceos que componen su dieta; durante el día permanece escondido en
alguna pequeña grieta, desarrollando su actividad por la noche; su único enemigo
natural es la morena sobre todo cuando eligen la misma grieta para pasar
el día.
Pulpo (Octopus vulgaris) |
Morena (Muraena helena) |
Fondos de arena
Los fondos de arena son los más abundantes del litoral
del Parque. Asentados
sobre sustratos limosos suelen estar formados por arenas finas que parten desde
la orilla, hasta alcanzar los 20 o 30 metros de profundidad. No presentan
comunidades algares, aunque en ocasiones pueden aparecer parcialmente
colonizados por praderas de fanerógamas entre las que destaca Cymodocea
nodosa. Desde el punto de vista paisajístico son bastante homogéneos y
poco relevantes. Sin embargo, presentan comunidades de fauna especializada y
poseen un importante interés económico para la pesca
artesanal. Camuflados bajo la
arena aparecen coquinas, chirlas y otros moluscos bivalvos.
ç Fondo de arena |
Estrella de arena (Astropecten sp.) |
También aparecen representadas en este hábitat diversas especies de
invertebrados, como la gran estrella de arena y otras pertenecientes al
género Astropecten entre los equinodermos, crustáceos como el
cangrejo de arena y el ermitaño o moluscos como la jibia y el
pulpo que depositan sus huevos bajo la arena.
Entre la ictiofauna más representativa de estos fondos destacan los peces planos
como el lenguado que aparece mimetizado con la arena, o bien oculto bajo
la misma, desde donde tan solo asoman sus vigilantes ojos. La araña de mar
muestra las espinas ponzoñosas de su aleta dorsal cuando se ve amenazada por un
predador; al ser pisada o tocada accidentalmente por algún bañista clavan los
aguijones de la primera aleta dorsal y/o de los opérculos; tras la lesión, los
primeros síntomas son un fuerte dolor que se irradia también a otras zonas,
inflamación y, en ocasiones, necrosis de la zona afectada; en cualquier caso, se
debe acudir a un centro médico lo más pronto posible. Otros peces frecuentes en la zona son el tordo, el
salmonete, la herrera o los torpedos o tembladeras que
capturan a sus presas ayudándose de las descargas eléctricas que producen.
Lenguado (Bothus podas) |
Herrera (Lithognathus mormyrus) |
Doradas (Sparus aurata) y salmonete (Mullus sp.) |
Praderas de Posidonia oceanica
Uno de los fondos más singulares de la costa almeriense es el constituido por las praderas de Posidonia oceanica, las más extensas del litoral andaluz. Esta fanerógama marina no es un alga, sino un vegetal superior que posee rizomas, hojas que pueden llegan a medir más de un metro, flores y un sistema radicular como si de una planta terrestre se tratara.
Estas praderas submarinas, denominadas popularmente algueros, han sido diezmadas
durante las últimas décadas, principalmente por la pesca de arrastre, aunque aún
ocupan extensas áreas sobre sustratos arenosos y a veces también sobre roca.
Para su normal desarrollo necesitan abundante luz solar por lo que se hallan en
aguas superficiales, escaseando a partir de los 20 metros de profundidad.
Desde el punto de vista ecológico poseen un extraordinario valor, actuando sobre
el medio que los rodea de diferentes formas. Por un lado, contribuyen
positivamente a la oxigenación del agua marina e incluso a su limpieza,
atrapando a las partículas sedimentarias que quedan en suspensión. Por otro, sus
rizomas favorecen la fijación de los sustratos arenosos sobre los que se
asientan, lo que unido a su capacidad de amortiguar el oleaje, incide en la
disminución de los procesos erosivos de las zonas litorales.
Otra de las características de esta comunidad endémica del Mediterráneo es su
capacidad para albergar a una rica y variada fauna y flora, alcanzando unos
índices de biodiversidad muy elevados. Entre las algas macroscópicas presentes
en este hábitat destacan las verdes como la lechuga de mar, las pardas y
las rojas; estas últimas de aspecto coralino como consecuencia de su elevado
contenido en calcio. Al amparo de estas praderas viven y se refugian
multitud de crustáceos, moluscos como los cefalópodos o las bellas liebres de
mar, equinodermos como la estrella roja o la holoturia y
gusanos marinos –poliquetos-.
Entre los moluscos más representativos se encuentra la nacra, un bivalvo
que vive al amparo de los rizomas de estas plantas y que llega a alcanzar hasta
un metro de longitud; su recolección indiscriminada ha producido un alarmante
descenso en sus poblaciones.
Alga (Amphiroa rigida) |
Liebre de mar (Aplysia punctata) |
Estrella roja (Echinaster sepositus) |
Pepino de mar (Holoturia sp.) |
Gusano tubícola (Spirographis spallanzani) |
Nacra (Pinna Nobilis) |
Los peces aparecen ampliamente representados en este hábitat, siendo utilizado
por muchas especies, no solo como área de alimento y refugio, sino como zonas de
puesta de huevos y de crecimiento de sus alevines. Algunas especies como la
lubina, el mújol, la salema
o
la
vaqueta
son bastante
representativas. Sorprende la presencia de los caballitos de mar, que se
sujetan con su cola a las hojas de Posidonia oceanica.
Otros peces que frecuentan estas praderas son los pertenecientes a la familia de
los espáridos; de carácter gregario se alimentan, tanto de algas, como de
moluscos y de otros peces más pequeños. Por lo general presentan un cuerpo oval,
aplanado por ambos lados y de color plateado con diferentes manchas según la
especie.
A esta familia pertenecen doradas, pargos, herreras,
besugos, sargos, obladas, brecas, etc.
Lubina (Dicentrarchus labrax) |
Salema (Sarpa salpa) |
Sargo real (Diplodus cervinus) |
Serrano (Serranus scriba) |
Entre dos aguas
Además de las anteriores existen multitud de especies que viven entre dos aguas,
sobre todo de zooplancton y fitoplancton, que constituyen la base de la cadena
alimenticia de los mares, así como de medusas. Estas últimas pueden llegar en
ocasiones a formar grandes concentraciones de individuos que, arrastradas por
las corrientes marinas, se acercan a las zonas de baño, como ocurre con el
acacéfalo
luminiscente y el
aguacuajada. Menos gregario y de carácter normalmente pelágico es el
acacéfalo azul.
Acacefalo luminiscente (Pelagia noctiluca) |
Aguacuajada (Cotylorhiza tuberculata) |
Aunque de carácter principalmente pelágico hay que destacar las concentraciones
de gran número de túnidos como melvas, bonitos y atunes,
que se producen en algunas épocas del año, coincidiendo con sus desplazamientos
migratorios y que han sido tradicionalmente capturados mediante artes como la
moruna o la almadraba, constituyendo aún un importante recurso para la pesca
almeriense. Mención especial merece el pez luna, otra especie migratoria
del que se cree que freza en el Mar de los Sargazos; de cuerpo plano y con forma
de disco, llega a alcanzar los 3 metros de diámetro.
Entre los reptiles marinos destaca la tortuga boba cuya población y
colonias de reproducción mediterráneas están en franco retroceso; esta especie
amenazada de extinción y protegida legalmente es víctima indirecta de redes de
deriva, palangres y otros tipos de artes pesqueros, al igual que la tortuga
laúd de escasa presencia en el litoral almeriense. Durante 2001 se produjo
del desove de una tortuga boba en una playa de Vera con el nacimiento
posterior de más de medio centenar de pequeñas tortugas; un hecho insólito en el
Mediterráneo Occidental, que queda fuera de su área habitual de cría.
Varamiento de tortuga boba (Caretta caretta) |
Varamiento de delfín listado (Stenella coeruleoalba) |
Dentro de los mamíferos, no son raros los varamientos de calderones
comunes
y grises y de cuviere,
así como de
otros zifios o del delfín mular, el común o
el listado que quedan atrapados en
las redes antes referidas; esta última especie se encuentra amenazada por una
epidemia vírica que ha diezmado a su población mediterránea desde el comienzo de
la década de los noventa.
Intentar actuar positivamente en la recuperación de estas especies
-especialmente en lo referente a tortugas marinas- requiere de decisiones
políticas adecuadas que erradiquen las redes de arrastre y limiten el uso
indiscriminado de otras artes, igualmente lesivas, como el trasmallo o el
palangre. En este último caso cabe destacar que Carboneras mantiene una de las
flotas de palangreros más importantes del mediterráneo español.
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