PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS CLIMÁTICAS, GEOLÓGICAS Y PAISAJÍSTICAS
El clima
Uno de los factores decisivos en la configuración de la vida dentro de estos
parajes es la aridez. El clima, de tipo subtropical mediterráneo desértico, se
caracteriza por presentar precipitaciones anuales que oscilan entre los 150 y
los 250 l/m2, alcanzando el índice pluviométrico más bajo de la
Península Ibérica. Las lluvias suelen aparecer tras el prolongado y seco
estiaje, durante el período de septiembre a noviembre, no siendo raro el
carácter torrencial de las mismas que contribuyen positivamente a la erosión del
escaso suelo fértil. Las temperaturas medias anuales rondan los 20
°C,
destacando la ausencia de un invierno térmico. La humedad relativa es elevada,
superior al 72%, lo que contribuye, junto a la presencia habitual de
precipitaciones ocultas (calimas, nieblas y rocíos), a contrarrestar la falta de
agua, siendo uno de los factores condicionantes para el desarrollo del tapiz
vegetal que de la zona. Otro de los meteoros importantes es del viento, ya que
tan sólo el 20% de los días al cabo del año pueden calificarse como de "calma",
siendo “los ponientes” los más frecuentes. El prolongado tiempo de insolación,
en torno a las 3.000 horas anuales, completaría esta síntesis climatológica.
Cabe destacar que los índices de aridez obtenidos en el área de Cabo de Gata son
los más elevados de Europa y similares a los de amplias zonas del Norte de
África y Oriente Medio.
El viento y la insolación son meteoros importantes |
Las escasas precipitaciones suelen ser torrenciales |
Geología y paisaje
La Sierra de Cabo de Gata constituye el macizo de origen volcánico más
importante de la Península Ibérica, tanto por su extensión, como por su
complejidad petrográfica. Según afirman algunos expertos, la formación de este
promontorio comenzó inmediatamente después de la Orogenia Alpina, en la que se
estructuraron las Cordilleras Béticas. Los reajustes tectónicos de las sierras
surgidas durante este plegamiento, como Filabres, Alhamilla y Cabrera, dieron
lugar a la aparición de una gran falla de más de 30 Km de longitud, situada en
dirección Suroeste - Nordeste. Esta hendidura sirvió de salida a los distintos
materiales eruptivos que la conforman, en un tipo de vulcanismo “calco –
alcalino” de mantuvo diferentes épocas de actividad a lo largo del Neógeno,
durante el Terciario, en un periodo de tiempo que oscila entre los 17 y los 6
millones de años de antigüedad.
Parte de los materiales afloraron directamente al exterior, mientras que otros
se inyectaron debajo del terreno. Durante la formación del macizo hubo períodos
de avance y de regresión del nivel marino lo que explica la riqueza fosilífera
de algunos puntos del área. Actualmente aparecen sumergidos bajo el mar partes
de este complejo, como el Banco Pollux, una prolongación hacia el Suroeste de la
Sierra de Cabo de Gata. Otros afloramientos volcánicos sumergidos son el Macizo
Submarino de la Polacra y la Cresta de los Genoveses, que se sitúan a varios
kilómetros al Sur de Mesa Roldán. Entre los componentes más abundantes,
correspondientes a distintos episodios, destacan las andesitas piroxénicas, las
dacitas, las riolitas y las tobas. Asimismo, aparecen diversos minerales
volcánicos, como el cuarzo (ágatas, amatistas, etc.), el jaspe sanguíneo, la
hornblenda y rocas como la bentonita, originada por la degradación de ciertos
materiales de origen volcánico y cuya extracción constituye aún la principal
actividad minera del espacio.
Ágata |
Cuarzo amatista |
Jaspe sanguineo |
Hornblenda |
Bentonita |
Las últimas manifestaciones de este largo proceso fueron principalmente de
carácter hidrotermal, responsables de la riqueza mineralógica de esta sierra,
donde se han explotado yacimientos de galenas argentíferas y de plomo, piritas
de hierro y otros elementos como el zinc y el oro. Destacan también los
materiales sedimentarios del final del Terciario y principio del Cuaternario,
como las margas, conglomerados calcáreos, y calizas arrecifares que afloran en
algunos puntos como en Mesa Roldán. Por último, cabe destacar la gran llanura
litoral de origen sedimentario más reciente (Cuaternario) que conforma la cuenca
de Almería - Níjar y que aún conserva hábitats y paisajes únicos en el litoral
mediterráneo.
Mesa Roldán |
Llanura litoral encabezada por las Salinas de Cabo de Gata |
En la actualidad pueden distinguirse elementos paisajísticos que delatan su
origen, entre los que destacan las chimeneas volcánicas, cuyo exponente más
conocido es el Arrecife de las Sirenas, las espléndidas coladas basálticas que
aparecen en distintos puntos del litoral, los conos volcánicos como el Cerro de
Enmedio en San José o el Cerro de los Guardias en Rodalquilar o, incluso,
calderas volcánicas cuyo mejor ejemplo es Majada Redonda, situada al Noroeste de
Las Presillas Bajas y parte integrante de la cuenca fluvial de Los Escullos.
Chimenea volcánica del Arrecife de las Sirenas |
Colada basáltica |
En la quebrada orografía de esta sierra, que raramente sobrepasa los 400 m de
altitud (El Fraile: 493 m), contrastan los perfiles redondeados y desgastados
por la erosión, con grandes barrancos como el del Sabinar. Los acantilados de
origen volcánico abundan en la zona litoral, alcanzando en ocasiones alturas
considerables, como el de San Pedro con más 200 m de caída; los de origen
calizo, más raros, tienen su mejor ejemplo en Mesa Roldán. Las pequeñas calas,
abundantes en esta costa volcánica, suelen situarse al final de ramblas que, en
ocasiones, arrastran aguas torrenciales; habitualmente presentan un diseño
semicircular, estando jalonadas por acantilados.
Acantilado volcánico |
Barranco del Sabinar |
Cima de "El Fraile" |
Cala del Cuervo, con diseño semicircular característico |
Entre otras muchas, destacan las calas de San Pedro, del Cuervo, de la Media Luna, de Enmedio, del Toro, Rajá, del Plomo, etc. Las grandes playas son más escasas dentro del litoral serrano, aunque presentan magníficos exponentes como la de Las Negras, la Isleta del Moro, Agua Amarga, y San José, las cuales aparecen “levantadas” y son el resultado de la retirada del mar de la primitiva línea de costa. Otros espléndidos representantes de este tipo de perfil costero están constituidos por la playa de Los Muertos, Los Genoveses con su coqueta ensenada, Los Escullos y El Playazo de Rodalquilar.
Cala del Plomo |
Cala Rajá |
El Corralete |
El Embarcadero |
Los Genoveses |
Playa de Los Muertos |
Los Escullos |
Acantilados junto al Playazo de Rodalquilar |
En estas dos últimas aparecen dunas fósiles, constituidas por areniscas
compactas y modeladas por la acción del viento (dunas oolíticas), que en El
Playazo forman un impresionante paisaje de roquedales de color claro,
erosionados por la acción del mar y con presencia de cuevas y cavernas que,
según fuentes testimoniales, fueron refugio de las últimas focas monje
del mediterráneo peninsular hasta mediados de los años sesenta.
Se puede observar en Mónsul la acción erosiva del mar sobre las blandas andesitas, creando un modelo de cornisas litorales característico de éste y de otros puntos de la costa; así mismo, presenta una de las formaciones dunares mejor conservadas del entorno, “cabalgando” sus arenas a favor de los vientos dominantes (duna rampante).
Hacia el Este, la mayor playa del entorno, con más de 15 Km de
longitud, se sitúa entre La Fabriquilla y Torregarcía, quedando interrumpida por
algunas ramblas entre las que destacan las Amoladeras y Morales. Está amplia
franja litoral presenta también frentes dunares, que han sido mermados
considerablemente por la acción del hombre por la extracción de áridos -arenas-
utilizadas para diversos fines, entre los que destaca la agricultura de
enarenados e invernaderos.
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