LLANURA LITORAL

Salinas de Cabo de Gata

Situadas sobre una llanura litoral sedimentaria al Suroeste de la Sierra de Cabo de Gata, estas salinas son las únicas que permanecen en actividad industrial en Andalucía Oriental. La “cosecha” de la sal se realiza al final del estío, antes que aparezcan las primeras lluvias otoñales. La producción anual, que suele superar las 40.000 toneladas de cloruro sódico, se amontona en la zona industrial del recinto, formando blancas montañas que resaltan aún más la singular belleza de este rincón de la costa almeriense.

Las salinas de Cabo de Gata son las únicas en actividad en el mediterráneo andaluz


Las salinas de Cabo de Gata son las únicas en actividad en el mediterráneo andaluz
Ocupan más de 300 hectáreas de terrenos inundables


Ocupan más de 300 hectáreas de terrenos inundables

 

Paralelas a la línea de playa ocupan una extensión aproximada de 300 hectáreas de terrenos inundables. Se nutren de agua marina a través de un complejo sistema de canalización que comunica al recinto salinero con un grupo de estanques, situados en la base de unos acantilados marinos próximos. Así mismo, reciben aportes por escorrentía superficial (lluvias) a través de las numerosas ramblas que desaguan en la zona y, especialmente, por las procedentes del glacis situado en el Barranco del Sabinal. En años especialmente lluviosos el área inundable puede ampliarse considerablemente, abarcando entonces terrenos situados al Oeste del complejo salinero que se asientan sobre arcillas y se encharcan fácilmente. El origen de estas explotaciones se remonta probablemente al período fenicio o cartaginés, como así lo pondría de manifiesto el origen púnico del término Charidemo que podría traducirse como “promontorio de las ágatas”. Del período romano existen evidencias arqueológicas de una industria de salazón, situada junto a la cercana Ermita de Torregarcía. Sin embargo, este aprovechamiento ha sido muy irregular a lo largo de la historia, pasando por periodos de inactividad y de abandono a otros de frenética producción.



Estanques de llenado en acantilados próximos


Canal de entrada de agua marina al recinto salinero

 

La flora de este aguazal está compuesta principalmente por distintas especies de quenopodiáceas, destacando por su gran abundancia la salicornia, la sosa alacranera y otras plantas halófilas. En algunas zonas del perímetro Norte, que reciben el aporte de agua dulce, aparecen carrizales y cañaverales más o menos densos, dependiendo del régimen anual de precipitaciones, mientras que los juncales tienen una distribución más amplia. Las formaciones de mayor porte se limitan a pequeños bosquetes de tarayes y de palmeras, apareciendo algún azufaifo aislado, aunque la mayor parte de la llanura litoral aparece tapizada por matorrales y herbazales, entre los que destacan de prados de pegamoscas que tornan de amarillo los mismos al final de la primavera. El pie de monte, que lo separa de la sierra, presenta formaciones vegetales en las que dominan palmitos y cambronales, que ya fueron descritas en el capítulo dedicado a Cabo de Gata. Entre la vegetación subacuática destacan algunas algas de superficie que cubren importantes extensiones mediado el estío. 

La salicornia es una quenopodiácea caracteristica de estas salinas

La salicornia es una quenopodiácea característica de estas salinas

 

A lo largo de los últimos veinte años hemos registrado a 115 especies de aves acuáticas, a partir de más de 350 censos realizados en este saladar. Esta elevada riqueza de especies (riqueza específica), que tan sólo se supera en un grupo muy reducido de aguazales europeos, se debe en gran medida al elevado porcentaje de aves que utilizan a estas salinas, como punto de descanso y avituallamiento en sus movimientos migratorios y que suponen más del 70% del total. Dadas las especiales características climáticas que concurren en la zona, con la ausencia de un invierno térmico, son numerosas las especies que permanecen durante este periodo. Por último, destaca un número no menos significativo de aves sedentarias y otras de carácter estival que nidifican en la localidad, así como algunas que mantienen contingentes no reproductores a lo largo de todo el ciclo anual.

La presencia del flamenco rosado o común, a largo de todo el ciclo anual, es una de las principales singularidades ornitológicas que presentan estas salinas. Esta zancuda alcanza cifras superiores a los 3.000 ejemplares durante los últimos días de julio y los primeros de agosto, permaneciendo entre 300 y 500 durante el periodo invernal. El fracaso de sus repetidos intentos de nidificación en la zona, donde llegaron a construir más de 400 nidos durante 1990, obedece a diversas causas. Para los amantes de las curiosidades puede destacarse la presencia de un flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), que se observó en este humedal a finales de la década de los 80 y que podría proceder de algún zoológico, al igual que otras más recientes de flamencos enanos (Phoenicopterus minor).

Flamenco rosado (Phoenicopterus ruber roseus)
Concentraciones estivales de flamencos

Flamenco rosado (
Phoenicopterus ruber roseus)



Concentraciones estivales de flamencos

Elemento joven de la especie


Elemento joven de la especie

Más modesta, pero igualmente protegida en el ámbito europeo, la avoceta común es el más abundante de los limícolos de estas salinas donde llega a nidificar en un gran número, superando en ocasiones las 200 parejas reproductoras; la falta de adecuación entre la actividad salinera y los ciclos biológicos de ésta y de otras especies, desemboca en habituales inundaciones de sus áreas de cría, lo que podría evitarse coordinando adecuadamente los intereses industriales con los de conservación y protección. Sin embargo, para dar una solución a este problema se ha optado por iniciativas más onerosas como la consolidación y aumento en altura de alguno de los islotes donde nidifican, con resultados en cuanto a “productividad biológica”, al menos, cuestionables.

Avoceta común (Recurvirostra avosetta)

Avoceta común (Recurvirostra avosetta)
Pollos de avoceta en el momento de su nacimiento

Pollos de avoceta en el momento de su nacimiento

 

Otra de las especies emblemáticas del aguazal es la gaviota de Audouin, cuya presencia cada vez mayor ha sido directamente proporcional al asentamiento y crecimiento de la colonia de nidificación de la especie en el Delta del Ebro, agrupándose miles de individuos en este humedal durante los movimientos migratorios pre y postnupciales, manteniendo importantes contingentes de aves invernantes. 

Gaviota de Audouin (Larus audouinii)

Gaviota de Audouin (Larus audouinii)

 

Entre las aves nidificantes destacan, además de las anteriormente citadas, el chorlitejo patinegro, la cigüeñuela común, el charrancito común, la gaviota patiamarilla, la gaviota picofina y el ánade real o azulón, el cual es capaz de reproducirse con éxito pese a no ser un ave especialmente adaptada a criar en áreas con unos gradientes de salinidad tan elevados como el de este saladar.

 

Chorlitejo Patinegro (Charadrius alexandrinus)

Chorlitejo Patinegro (Charadrius alexandrinus)


Polluelos de cigüeñuela común (Himantopus himantopus)

Polluelo de charrancito común (Sterna albifrons)

Charrancito común (Sterna albifrons)
Gaviota picofina (Larus genei)

Gaviota picofina (Larus genei)

El resto de las anátidas están vinculadas a la invernada y a los pasos migratorios, concentrándose un elevado número de patos cuchara, ánades silbones y rabudos, tarros blancos y cercetas carretonas, siendo porcentualmente menor presencia del porrón europeo y el moñudo, la cerceta común, el ánade friso, el ánsar común o el pato colorado. Con carácter excepcional se han realizado observaciones de otros patos como la havelda, el tarro canelo, el porrón pardo, la serreta mediana y la cerceta pardilla

 

El cuchara europeo (Anas clypeata) es el pato más abundante durante el invierno

El cuchara europeo (Anas clypeata) es el pato más abundante durante el invierno

 

Los limícolos constituyen el grupo más variado y heterogéneo, estando mayoritariamente ligados a la invernada y a los trasiegos migratorios, que estos incansables viajeros realizan entre África y Europa, a excepción de los ya citados como nidificantes. La mayoría de las especies aparecen formando bandos mixtos donde la diferencia de tamaño y forma en sus patas y picos, así como sus distintas técnicas de alimentación, determinan que no haya una competencia específica directa y que cada uno ocupe un “nicho ecológico” concreto. Así, en un mismo bando pueden observarse especies tan variopintas como los correlimos común, menudo, gordo, tridáctilo y zarapitín, los archibebes claro y oscuro, el ostrero, la aguja colipinta, los andarríos chico, grande y bastardo, los chorlitos gris y dorado, el vuelvepiedras, el chorlitejo chico, la agachadiza común o el combatiente. Canasteras, avefrías y alcaravanes colonizan durante este periodo las áreas esteparias que rodean a las salinas; la última de estas aves, que evolutivamente abandonó los aguazales para ligarse a las áreas esteparias, suele permanecer en menor número como nidificante. Otras especies permanecen a lo largo de todo el ciclo anual aunque no llegan a nidificar como el archibebe común, auténtica “alarma sonora” de las salinas, la aguja colinegra, el chorlitejo grande o el zarapito real, en cuyos bandos suele aparecer el zarapito trinador. Existen además numerosas referencias y registros de aves de carácter accidental en este saladar entre los que se pueden citar a los correlimos falcinelo, canelo, del Terek y de Temminck, los archibebes patigualdo grande, patigualdo chico y fino, las agachadizas chica y real, los falaropos picogrueso y picofino o el corredor

Correlimos menudo (Calidris minuta)

Correlimos menudo (Calidris minuta)


Correlimos tridáctilo (Calidris alba)

Correlimos tridáctilo (Calidris alba)


Aguja colinegra (Limosa limosa)

Aguja colinegra (Limosa limosa)
Aguja colipinta (Limosa lapponica)

Aguja colipinta (Limosa lapponica)
Combatiente (Philomachus pugnax)

Combatiente (Philomachus pugnax)
Vuelvepiedras (Arenaria interpres)

Vuelvepiedras (Arenaria interpres)

Chorlitejo chico (Charadrius dubidius)

Chorlitejo chico (Charadrius dubidius)
Zarapito real (Numenius arquata)

Zarapito real (Numenius arquata)

Las garzas están bien representadas en este ecosistema donde “arponean” pequeños peces y camarones, siendo las más representativas la garceta común y la garza real que aparecen durante todo el año sin llegar a nidificar, aunque durante 1995 pudimos constatar y fotografiar una puesta de garza real, abandonada probablemente por la entrada de curiosos en el recinto salinero. Las demás garzas aparecen ligadas a la invernada y a movimientos migratorios, como la imperial, la garcilla bueyera, apareciendo en menor número martinetes y avetorillos comunes y, de forma ocasional, la garcilla cangrejera, la garceta grande y la negra. Otras grandes zancudas ligadas a los pasos migratorios son las cigüeñas común y negra y la grulla común.

Garza Real (Ardea cinerea)

Garza Real (
Ardea cinerea)
Garceta común (Egretta garcetta)

Garceta común (
Egretta garcetta)

Cigüeña común (Ciconia ciconia)

Cigüeña común (Ciconia ciconia)

Algunas aves marinas utilizan el recinto salinero como área de descanso, destacando durante los últimos años el cormorán grande, que llega a sumergirse en los charcones salinos en búsqueda de alimento. Ligado a los pasos migratorios aparece el cormorán moñudo que ha llegado a nidificar en los acantilados de la sierra. De forma accidental pueden sobrevolar o pararse en las salinas otras especies típicamente pelágicas como el alcatraz común, el alca, el frailecillo, las parcelas cenicienta y sombría o la menor de las aves marinas, el paiño común. Entre las gaviotas, además de las mencionadas anteriormente, destaca la reidora que puede observarse a largo de todo el año. La gaviota sombría es una especie típicamente invernal, mientras que la enana y la cabecinegra están ligadas a los movimientos migratorios. Existen citas puntuales de otros láridos accidentales en este saladar como las gaviotas tridáctila, polar, hiperbórea, cana y el gavión.

Entre los estérnidos más habituales se encuentra el charrán patinegro, abundante durante la invernada, permaneciendo en menor número a lo largo del resto del año. También han sido registrados en este humedal el charrán común y el ártico, las pagazas piconegra y piquirroja y los fumareles común, aliblanco y cariblanco.

Charrán patinegro (Sterna sandvicensis)

Charrán patinegro (Sterna sandvicensis)
Fumarel común (Chlidonias niger)

Fumarel común (Chlidonias niger)

Para finalizar esta síntesis ornitológica, destaca el paso prenupcial de gallinetas y fochas comunes, existiendo escasas referencias de otros rállidos como el calamón, la focha cornuda o moruna, las polluelas pintoja y chica o el rascón. Entre los zampullines, los cuellinegros forman en ocasiones abundantes bandos invernantes, siendo más escasa la presencia del chico y del somormujo lavanco.

Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)

Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)

En cuanto al régimen de protección, las Salinas de Cabo de Gata se encuentran amparadas bajo un amplio abanico de figuras de protección legal. De esta forma, están incluidas como parte integrante del Parque Natural de Cabo de Gata - Níjar, declarado por la Junta de Andalucía en 1987, apareciendo como Área de Reserva dentro del mismo. Constituyen una Zona de Especial Protección para las Aves dentro de la Unión Europea, así como un Humedal de Importancia Internacional según el Convenio Ramsar. Además, desde 1998 forman parte de una de las dos Reservas de la Biosfera con las que cuenta la provincia de Almería, además de Lugar de Interés Comunitario. Entre las infraestructuras pueden destacarse cuatro observatorios de uso público y otro de uso científico.

Las Salinas de Cabo de Gata están incluidas en el Convenio Ramsar

Las Salinas de Cabo de Gata están incluidas en el Convenio Ramsar

 

Desembocadura de Rambla Morales

Bando de flamencos en Rambla Morales

Bando de flamencos en Rambla Morales
Focha común (Fulica atra)

Focha común (Fulica atra)
Tarro blanco (Tadorna tadorna)

Tarro blanco (Tadorna tadorna)

Malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala)

Malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala)

Al Oeste de estas salinas aparece la desembocadura de Rambla Morales. Pequeño aguazal, de unas cuatro hectáreas de extensión, que está localizado a 2 Km al Oeste de la pedanía almeriense de San Miguel de Cabo de Gata. Además de las aguas aportadas por las escasas y torrenciales lluvias, recibe aportes marinos que se filtran a través de la pequeña barrera de arena que lo separa del mar, así como por aguas procedentes de una cercana depuradora que ha hecho crecer un denso carrizal y cañaveral en su vertiente Norte. El resto de la vegetación está formada por plantas halófilas entre las que destaca la salicornia. En el ámbito ornitológico posee un singular interés al estar localizadas en un área de paso entre otros importantes humedades del litoral almeriense, apareciendo multitud de larolimícolos, cormoranes, anátidas, garzas que usan la zona como dormidero y otras grandes zancudas como el flamenco rosado que forma importantes concentraciones durante el estío, además de presentar alguna singularidad propia como la nidificación de la focha y la gallineta común y, ocasionalmente, de la canastera. En el año 2002 se produjo la nidificación de la malvasía cabeciblanca y del tarro blanco lo que le ha conferido una mayor relevancia ecológica. Constituye un excelente lugar para identificación de aves acuáticas, dada la cercanía a la que se sitúan del observador, por lo que sería conveniente dotar al área de algunas infraestructuras de uso público. Están incluidas dentro del Parque Natural de Cabo de Gata - Níjar y forman parte del Inventario de Humedales de Andalucía.

Dunas de Cabo de Gata

Formaciones dunares en la estepa litoral de Cabo de Gata

Formaciones dunares en la estepa litoral de Cabo de Gata

El barrón (Ammophila arenaria) es un especialista en suelos arenosos

El barrón (Ammophila arenaria) es un especialista en suelos arenosos

Dentro de esta planicie litoral destacan las formaciones de dunas móviles existentes cerca de la Rambla de Morales. Estas acumulaciones de arenas, que cabalgan a favor de los vientos dominantes de poniente, están colonizadas por comunidades vegetales especializadas como el barrón, el “pegamoscas” y la bojalaga, así como por tarayes. Entre los albardinares y tomillares, que se sitúan al Norte de las dunas, aparece otro de los endemismos almerienses, Androcymbium europaeum. Esta liliácea, única representante de este género en Europa continental, aunque llega a ser localmente abundante en algunas de sus localidades de distribución, aparece incluida en el Anexo I del Convenio de Berna como Especie en Peligro de Extinción. Cerca de la costa y en pleno estío florece la azucena de mar, otra de las especies protegidas en el ámbito andaluz y que tiñe de blanco los arenales costeros.

Androcymbium europaeum

Androcymbium europaeum

Azucena de mar (Pancratium maritimum)

Azucena de mar (Pancratium maritimum)

Entre las especies vegetales introducidas, tanto en la sierra, como en la llanura litoral, destacan distintas variedades de ágaves o pitas (Agave americana, A. sisalana y A. fourcroydes) que han sido utilizadas tradicionalmente para señalar caminos, delimitar fincas, como planta forrajera o incluso como elemento dentro de la arquitectura popular. 

Plantación de sisales

Plantación de sisales

Situado entre El Alquián y la Rambla de Morales existe un gran cultivo abandonado de sisales (Agave sisalana), que fue plantado durante la década de los cincuenta, al objeto de obtener fibras para su uso en cordelería, destilar alcohol y como planta forrajera durante los prolongados períodos de sequía. Este último ha sido su único uso; los dos anteriores se realizan tradicionalmente en algunos puntos de México.

Estas zonas tienen un alto valor desde el punto de vista ornitológico; en ellas se asientan las denominadas aves esteparias, cuyo hábitat ideal son estos paramos de rala vegetación donde encuentran alimento y cobijo para la construcción de sus nidos. La familia mejor representada es la de los aláudidos; calandrias, cogujadas montesinas y comunes, terreras marismeñas y comunes, convierten los amaneceres primaverales en una algarabía de cantos diferentes. Entre las invernantes puede aparecer la mayor de las aves Europas, la avutarda, que utiliza estos páramos para alimentarse al igual que el chorlito carambolo.

Cogujada montesina (Galerida theklae)


Cogujada montesina (Galerida theklae)


Avutarda común (Otis tarda)


Avutarda común (Otis tarda)

Chorlito carambolo (Charadrius morinellus)


Chorlito carambolo (Charadrius morinellus)


Aguilucho cenizo (Circus pygargus)


Aguilucho cenizo (Circus pygargus)


Durante el período primaveral construyen sus nidos bajo la protección de algún matorral, orientándolos normalmente hacia el Norte para amortiguar la implacable radiación solar. Un canto más agudo y sibilante, anuncia la presencia de la alondra de Dupont, una de las especies más singulares de las “estepas” almerienses. Otras aves nidificantes en este hábitat son el alcaraván, la ortega y el sisón y, ocasionalmente el aguilucho cenizo. La predación sobre los nidos y polluelos de las aves esteparias en esta zona es muy elevada, superior al 80%. Tanto el zorro, como la culebra bastarda y el lagarto ocelado, así como perros asilvestrados localizan con habilidad los nidos y polluelos que constituyen, durante este período, parte importante de su dieta. Algunos limícolos como el chorlitejo patinegro, nidifican en la franja más cercana a la costa; sus pollos nidífugos abandonan el nido a las pocas horas de su eclosión, aunque seguidos estrechamente por sus padres.

Bosquetes de azufaifos

Alrededor de la Ermita de Torregarcía, en dirección hacia la rambla de las Amoladeras y colonizando dunas costeras, se asienta la comunidad de vegetación climática más árida del Continente europeo, encabezada por el azufaifo

Azufaifo (Ziziphus lotus)


Azufaifo (
Ziziphus lotus)


Cambrón (Lycium intrincatum)


Cambrón (
Lycium intrincatum)


Este alto matorral espinoso de distribución íbero - Norteafricana desarrolla profundos sistemas radiculares que, en ocasiones, alcanzan cotas superiores a los 50 metros en busca de niveles freáticos subterráneos. En torno a él se desarrollan diversas comunidades de matorral, entre las que destaca el salado negro, el oroval, el cambrón o el singular jopillo de lobo, planta carnosa que parasita sobre varias especies de quenopodiáceas, apareciendo al igual que sus huéspedes sobre terrenos salitrosos.  Ampliamente distribuida, desde las costas atlánticas (incluyendo a las Islas Canarias), hasta Asia Central, es la única representante europea de la familia cynomoriáceas. La parte superior, que corresponde a la inflorescencia y que está rodeada por diminutas florecillas de distintos tipos (hermafroditas, masculinas y femeninas), aparece al inicio de la primavera y se marchita con los primeros calores. De forma cilíndrica, puede superar los 25 cm de longitud y los 5,5 de diámetro. 

Jopillo de lobo (Cynomorium coccineum)



Jopillo de lobo (Cynomorium coccineum)

Tarucus theophrastus



Tarucus theophrastus

 

En conjunto, este micro ecosistema ofrece cobijo a los pequeños invertebrados y vertebrados que habitan en la zona. Entre los primeros destaca la mariposa Tarucus theophrastus que en se alimenta de las hojas del azufaifo durante su fase de oruga. Algunos de los invertebrados más conocidos son el alacrán o escorpión amarillo y la “tarántula” o “araña lobo”. El primero, de hábitos crepusculares y nocturnos, pasa el día bajo las rocas protegiéndose del sol; durante la noche entra en una frenética actividad dentro de sus territorios de caza; al localizar una presa clava su aguijón ponzoñoso que se aloja en el vértice del abdomen, paralizando a su víctima que es devorada posteriormente. Las “arañas lobo” construyen en el suelo orificios  forrados en su parte exterior por materiales vegetales. Su sistema de caza consiste en aprovechar la curiosidad de otros insectos que, al introducirse o acercarse a su nido, son atacados rápidamente por ésta que clava sus poderosos quelíferos (“mandíbulas”) sobre la presa.

Escorpión amarillo (Buthus occitanus)



Escorpión amarillo (Buthus occitanus)


Araña lobo (Lycosa tarentulla)



Araña lobo (Lycosa tarentulla)


Eslizón ibérico (Chalcides bedriagai)



Eslizón ibérico (Chalcides bedriagai)


Salamanquesa rosada (Hemydactylus turcicus)



Salamanquesa rosada (Hemydactylus turcicus)


Entre los vertebrados aparecen reptiles como la lagartija colirroja, el eslizón ibérico o la salamanquesa rosada y mamíferos como el erizo moruno y el europeo, musarañas y musarañitas o el conejo, diezmado por una agresiva neumonía, son algunas de las especies más frecuentes.

Erizo europeo (Erinaceus europaeus)

Erizo europeo (Erinaceus europaeus)

Respecto los erizos, tanto el moruno o argelino (Erinaceus algirus) como el europeo (Erinaceus europaeus) ocupan desde las serranías interiores a los secarrales costeros. Entre ambas existen diferencias morfológicas- prácticamente inapreciables para el profano- y en sus áreas de distribución global, aunque en su etología –costumbres- son similares. La característica más llamativa de este pequeño insectívoro es la presencia de un grueso manto de puntiagudas púas, de hasta dos centímetros de longitud, que recubren su dorso y de un recio pelaje que lo hace en la zona dorsal y ventral. Cuando se sienten amenazados se pliegan sobre sí mismos formando una auténtica bola acorazada, que los hace inexpugnables para muchos de sus predadores potenciales. Además son excelentes corredores, trepadores y nadadores. Su actividad vital está directamente ligada a factores climáticos y de disponibilidad alimenticia. Con la llegada de las bajas temperaturas hibernan, disminuyendo su actividad metabólica a niveles que lo mantienen dormidos al abrigo de pequeñas madrigueras. Su ritmo cardiaco disminuye a 20 pulsaciones por minuto y la temperatura corporal a 10º C, mientras que respiran una sola vez cada dos minutos. En líneas generales el período de hibernación transcurre desde octubre a marzo.

Distintas especies de currucas viven en este hábitat



Distintas especies de currucas viven en este hábitat


Abubilla (Upupa epops)



Abubilla (Upupa epops)


Alcaudón real (Lanius excubitor)



Alcaudón real (Lanius excubitor)


Alcaudón común (Lanius senator)



Alcaudón común (
Lanius senator)



Abejaruco común (Merops apiaster)




Abejaruco común (Merops apiaster)


Carraca (Coracias garrulus)



Carraca (Coracias garrulus)


 

El grupo más abundante dentro de la fauna es el de las aves, entre las que destacan los sílvidos como las currucas cabecinegra, capirotada, mirlona y tomillera, alguna de las cuales nidifican entre los intrincados espinos de estas formaciones vegetales, asegurándose así un sistema eficaz contra sus predadores potenciales, así como la vistosa abubilla. Los alcaudones real y común, además de nidificar este último en los azufaifares los utilizan como despensa alimenticia, clavando en sus afiladas espinas los pequeños reptiles e insectos que componen su dieta. En los taludes arcillosos de las ramblas colindantes, donde abundan adelfas y tarayes, nidifican durante la primavera dos especies que pasan el invierno en África: el abejaruco y la carraca. Estas aves multicolores excavan galerías en dichas paredes, llegando en ocasiones a profundidades superiores a los dos metros para proteger así sus nidos.

 

 

 

anterior

principal

siguiente