5. ITINERARIO
DIDÁCTICO
5.1. LAS
ANTIGUAS TAHAS DE MARCHENA Y ALBOLODUY
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El tramo inferior del
río Nacimiento abarca cuatro municipios tradicionalmente incluidos en el extremo
oriental de la Alpujarra: Alhabia, Alsodux, Santa Cruz de Marchena y Alboloduy.
El recuerdo
hispanomusulmán está presente tanto en el máximo aprovechamiento del agua en la
fértil vega, como en los restos de las fortalezas de Marchena y Alboloduy. Están
ligadas a la división administrativa de la Alpujarra por parte de los monarcas
nazaríes en tahas o distritos, donde el centro militar y administrativo es el
castillo, rodeado de tierras de cultivo y de núcleos habitados en alquerías.
Aquí estaba la mezquita mayor, actuaba el cadí o juez y el alguacil, se
celebraba el mercado semanal o el zoco permanente, y se recogían los impuestos.
Reflejan la necesidad de defensa de unas comunidades rurales relativamente
autónomas.
La división en tahas
será respetada tras la conquista de los Reyes Católicos y pervivió hasta la
reforma administrativa de 1833.En 1504 el señor de Gor recibe el señorío de la
zona y establece la capital en una alquería rebautizada como Santa Cruz. A lo
largo del siglo XVI se refunden las antiguas tahas de Marchena y Alboloduy, y a
principios del XVII la taha del Boloduy mostraba dos núcleos principales: Santa
Cruz de Marchena y Alhizan del Boloduy (cabeza de la taha), además de la casa
fuerte de Nacimiento que el señor de Gor, dueño jurisdiccional de la zona,
fundó allí. Pero será en el siglo XVIII, especialmente, cuando se recupere de
la sangría demográfica y económica de la expulsión morisca (la repoblación de
1573 con 85 cristianos viejos no consiguió equilibrar las pérdidas sufridas).
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El Peñón de la Reina desde Alboloduy
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La fortaleza de
Marchena se levanta sobre un cerro aislado en medio del Andarax, cerca de
Terque y Bentarique, y solamente se aprecia hoy en la cima los restos de un
aljibe, pues las torres cuadrangulares han caído total o parcialmente a la
pendiente. Abarcaba su ámbito de influencia hasta los actuales municipios de
Alhabia, Alsodux y Santa Cruz.
En el caso de
Alboloduy, que englobaba a Nacimiento, Las Tres Villas (Dª María, Ocaña y Escúllar)
y Aulago, el castillo también se levanta sobre un escarpado promontorio situado
al norte del caserío, para controlar el paso a través del río, aunque
lamentablemente hoy sólo pervive un aljibe, algunos lienzos de muro y una torre
nazarí.
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Escudo del duque de Gor en la fachada
de la casapósito de Nacimiento |
REPOBLACIÓN Y
SEÑORÍOS CRISTIANOS
Tras la reconquista
cristiana de Almería en 1489 se experimentará un gran cambio político,
económico y social como consecuencia de la reorganización del territorio y la
implantación de nuevas instituciones. Gran parte de la zona se convierte en
señoríos jurisdiccionales en manos de la nobleza como recompensa de los
servicios prestados a la corona.
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Así, Alhabía y Santa
Cruz pasan a manos de D. Gutierre de Cárdenas y Chacón, mientras que Alboloduy
y Nacimiento se entregan en 1504 a D. Sancho de Castilla y Enriquez, duque de
Gor, cuyo recuerdo se mantiene en la casa–pósito de Nacimiento, con el escudo
nobiliario sobre la puerta.
Los señores verán en
los moriscos una oportunidad de abusos y rapiñas y la posibilidad de un poder
despótico, aunque éstos los aceptan como una protección frente al Estado y la
Iglesia, empeñados en erradicar las manifestaciones culturales moriscas.
Sin embargo la
rebelión morisca romperá la situación. La expulsión tendrá la contrapartida de
la repoblación de cristianos viejos, que no pueden ser chantajeados como los
antiguos moriscos y se organizan en concejos para resistir mejor a las
presiones de los nobles. Además constituyen un campesinado libre propietario de
la tierra a cambio de un canon, y de ahí la importancia de los libros de apeos
y repartimiento. Pero ni el volumen poblacional ni el económico de los nuevos
pobladores recuperará el esplendor de las antiguas tahas, entrando la zona en
una profunda decadencia hasta el siglo XIX. |
Vista general de Santa Cruz de
Marchena |
Hoy todavía el paisaje
recoge esos momentos difíciles de la Edad Moderna.
El regadío ocupa una
pequeña parte de la superficie total cultivada y se concentra en las cercanías
de los núcleos urbanos, ramblas y laderas apropiadas.
La huerta junto a la
vivienda es intensamente explotada. El paisaje característico es de paratas y
bancales, donde acequias y diversos sistemas de captación y almacenamiento
garantizan el abastecimiento de agua. Un signo típicamente morisco es plantar
frutales en cualquier hueco, borde de una acequia o camino, patio de la casa,
plaza del pueblo. Las zonas de secano son las más alejadas de las poblaciones.
LOS PUEBLOS
DE LA VEGA
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Alhabia se sitúa en la
desembocadura del río Nacimiento en el Andarax, conservando de época medieval
una cuidada vega y una producción alfarera. Su referencia patrimonial es la
iglesia parroquial de San Juan Bautista, de tradición neoclásica con elementos
mudéjares (presenta planta de cruz latina y cubierta de bóveda de cañón con
arcos fajones), además de viviendas burguesas que nos recuerdan el esplendor de
la uva y la naranja durante la segunda mitad del XIX. Por ello llegó a tener
casi 2.000 habitantes, aunque con fuertes altibajos por la dependencia de un monocultivo,
con periódicas emigraciones a Hispanoamérica.
Efectivamente este
desarrollo económico propició una burguesía que invierte parte de sus
beneficios en lujosas viviendas que reflejen interior y exteriormente el nuevo
papel socio económico de esta clase social. Es una arquitectura de talante
conservador e historicista, que utiliza el lenguaje del pasado con un marcado
sentido decorativista en la organización de los huecos de balcones y ventanas,
y que incluso puede individualizar las habitaciones con sencillas y alegres
pinturas con motivos vegetales en paredes o techos. Los mejores ejemplos se
encuentran en Alhabia, con la conocida casa de la Mezquita, de clara influencia
neoárabe, y la casa de la farmacéutica local.
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Casa de la Mezquita. Alhabia |
Alsodux se encuentra
algo más arriba, con su imagen de pueblo blanco destacado por la silueta de la
iglesia mudéjar de Nuestra Señora de la Asunción, originaria del siglo XVI y de
marcado estilo mudéjar, con capilla mayor diferenciada, armadura de madera de
limabordón, fachada con alfiz y esbelto campanario recordándonos el alminar
musulmán.
Similar es la
presencia blanca y verde de Santa Cruz de Marchena, donde la arquitectura
popular se complementa con la sobriedad mudéjar de la iglesia de Santa María,
levantada en el XVII sobre el solar de la antigua mezquita.
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Iglesia de Alsodux |
Nace en 1850 como
municipio independiente de Alboloduy y conoce un gran desarrollo con la uva,
aunque la crisis posterior diezmará la población, evolución económica y
demográfica que es similar al resto de los pueblos del río.
ALBOLODUY Y
NACIMIENTO
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El testimonio más
antiguo de ocupación de Alboloduy es el Peñón de la Reina, poblado argárico del
Bronce final que controla el estratégico paso del río, emplazamiento que será
reaprovechado por los musulmanes como la fortaleza del Peñón del Moro, donde se
aprecian los restos de un antiguo aljibe totalmente de piedra y que nos remonta
a un brillante pasado medieval cuando el municipio era cabeza de la taha o división
administrativa nazarí del territorio alpujarreño. En el siglo XVI perdió la
capitalidad de la taha, recuperada en el XVIII al hilo del reformismo
borbónico, que implica un aumento de población y la construcción de un gran
templo.
Destaca la presencia de
molinos hidráulicos y lagares o jaraíces tradicionales, aunque la referencia
del municipio es la iglesia de San Juan Bautista, con una interesante mezcla de
estilos barroco y neoclásico. |
Reconstrucción idealizada de cabaña
del Bronce |
Nacimiento, situada en
una pequeña hondonada, se funda en el siglo XVIII a orillas del río del mismo
nombre, siendo su momento de esplendor a finales del XIX y principios del XX,
coincidiendo con el cultivo de la uva de Ohanes para la exportación.
A mediados del XIX el
Diccionario de Madoz nos dice que la población alcanza los 3.000 habitantes,
aunque una emigración masiva desde mediados del XX la ha reducido a apenas 500.
Destaca, no sólo por
la iglesia barroca de Nuestra Señora de las Angustias, de estilo neoclásico con
elementos mudéjares, con su torre del Reloj, sino por la antes mencionada casa
– pósito del duque de Gor. En las afueras encontramos un grupo de eras para
trillar en el camino a la abandonada barriada de Encira, que muestra también un
magnífico ejemplo de arquitectura de la pizarra.
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Torre del reloj. Alboloduy. Peñón de
la Reina |
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