RECOLECCIÓN Y CONSERVACIÓN DE MOLUSCOS

 

INTRODUCCIÓN.

En los últimos años hemos podido apreciar el creciente interés por el estudio, observación y conservación de la naturaleza. Para proteger nuestro entorno ecológico es necesario conocerlo y para su estudio las colecciones ofrecen una valiosa ayuda. Ahora bien, es preciso tener en cuenta que la recogida de material debe hacerse sin atacar a las propias poblaciones de individuos que se pretende conocer. Para ello deben seguirse los siguientes puntos:

1- No recoger especies raras o en extinción, debido a su baja tasa de reproducción y densidad de población. Así como especies endémicas, es decir, de distribución reducida.

Como ejemplo podemos citar el Iberus gualterianus, cuyas poblaciones del sureste peninsular se están viendo diezmadas por su recolección para fines gastronómicos.

2- Deben capturarse ejemplares adultos pero no durante la época de puesta, que suele coincidir con la primavera.

3- No recolectar más individuos de los necesarios.

 

TIPOS DE MEDIOS.

Los moluscos los vamos a poder encontrar en un medio acuático o terrestre. Pero trataremos sólo el medio marino y terrestre, ya que éstos nos ocuparán los tomos I y II de esta guía.

MEDIO ACUÁTICO MARINO.- La distribución de los organismos se ve influenciada por el oleaje, temperatura, luminosidad, disponibilidad del oxígeno, dióxido de carbono, nutrientes, etc.

Según los requerimientos de los moluscos los encontraremos más o menos alejados de la superficie o de la costa, así como sobre distintos tipos de sustratos: rocoso, arenoso y fangoso.

Los medios empleados para la captura de moluscos variarán según la distribución de éstos. Comenzaremos por la zona más superficial hasta llegar a la de mayor profundidad.

El piso supralitoral, permite el muestreo directo, sobre el sustrato rocoso, sirviéndonos de la ayuda de una navaja, espátula o pinzas. Aquí abundan las lapas (Patella) y bígaros (Littorina).

El piso mesolitoral, permite al igual que el piso anterior un muestreo directo. En él nos encontraremos, sobre sustrato rocoso, las peonzas (Monodonta), lapas (Patella), púrpuras (Thais), quitones (Chiton), etc.

En los fondos blandos (arena o fango) es necesaria la utilización de tamices o rastrillo manual, quedando en la red atrapados especies de coquinas (Donax), margaritas (Nassa), escupiña (Venus), etc.

El piso infralitoral, queda siempre debajo de la superficie, siendo necesaria la utilización de escafandra como medio directo de recogida o bien de dragas y redes de arrastre como indirectos.

Las dragas permiten recoger gran cantidad de organismos vivos del fondo marino. Consiste en una red unida a un marco y, sujetada por éste, es arrastrada por el fondo quedando los organismos atrapados en ella.

MEDIO TERRESTRE.- La distribución de los organismos va a estar afectada por la vegetación, latitud, variación estacional, etc. Lo complicado de este tipo de medio es llegar a conocer el lugar donde habitan las distintas especies de moluscos, una vez conocido éste, la recolección es fácil; se puede realizar de modo directo o, si están en lugares de difícil acceso, empleando otros sistemas también muy simples.

Podemos encontrar, además del caracol común y babosas, recolectados con la mano, microcaracoles que viven enterrados, debiéndose tomar muestras de tierra y posteriormente tamizarlas.

Los métodos de recolección variarán según el tipo de vida y hábitat del molusco. Pero algo que puede ser general a todos es la época de salir al campo, siendo preferible después de una fuerte lluvia o durante la noche. Si la recolección se hace durante el día y con tiempo seco, se verán menor cantidad de caracoles, encontrándose sus rastros sobre piedras, hojas, troncos, muros, etc., dejados durante la noche.

Con facilidad Podemos encontrar moluscos en los campos de cultivo, siendo muy común ver especies del género Helix. En terrenos secos corno estepas o garrigas con una vegetación leñosa y de porte bajo, existirán especies Otala, Iberus, etc. También podemos encontrar caracoles en dunas, en proximidades a la costa y en zonas de montaña con bosque poco denso o sin él, siendo en este último caso las especies semejantes a las del matorral.

 

TOMA DE DATOS.

Los datos deben ser anotados a lápiz en una etiqueta de papel. Ésta puede quedar pegada en el bote o bien apuntar en éste un número de referencia y en el cuaderno de campo los datos. Entre los más importantes podemos destacar:

- Localidad, del modo más preciso.

- Fecha.

- Hábitat, aquí se incluirá la profundidad o altitud aproximadas, tipo de sustrato o cobertura vegetal.

- Nombre del colector.

 

TRANSPORTE.

En el caso de moluscos marinos ha de impedirse su descomposición, esto se consigue utilizando líquidos fijadores ( alcohol de 70%), si no se dispone de ellos pueden envolverse en papel de periódico que facilita su desecación y dificulta la putrefacción. No es recomendable en estos casos el uso de botes de cierre hermético ni bolsas de plástico.

Para el transporte de moluscos terrestres no son recomendables las cajas de cerillas pues las roen, pero sí son útiles para transportar las conchas vacías. Cuando están vivos son mejores las cajas de aluminio, dentro de ellas debe ponerse algodón hidrófilo o papel absorbente que evite la excesiva humedad dentro de ella. Es importante que las cajas tengan un orificio de ventilación, además ha de tenerse la precaución de no dejarlas al sol, pues el caracol moriría y su descomposición sería rápida.

Los ejemplares recogidos en una misma localidad deben ir en la misma caja o bote, con su correspondiente etiqueta.

 

CONSERVACIÓN.

Una vez recogido y transportado el material destinado a la colección, éste debe ser tratado y preparado para su conservación.

Si recogemos el molusco vivo, hay que procurar que muera quedándose el cuerpo extendido y fuera de la concha. Para ello el procedimiento a seguir es el siguiente:

- Introducir los moluscos en un bote con agua fría, previamente hervida, hasta rebasar el borde.

- Colocar encima una tapa que cierre herméticamente por tensión superficial, puede hacerse con cristal. Con esto se pretende no dejar aire en el interior.

- Poner peso sobre el cristal ya que los moluscos tratarán de levantarlo.

- En uno o dos días los moluscos estarán muertos por asfixia y tendrán el cuerpo fuera de la concha y extendido.

- Deben ponerse en alcohol de 50% durante media hora, para que se limpien bien y no se deforme al introducirlos en alcohol de 70%.

Si se pretende conservar sus cuerpos, independientemente de la concha, debe sacarse de ésta, tirando levemente con una ligera torsión en sentido de las espiras.

Las conchas deben lavarse bien y los cuerpos se conservarán en alcohol de 80% en un recipiente transparente y de cierre hermético, con su correspondiente etiqueta pegada fuera. En el interior puede ponerse una etiqueta con el número correspondiente a la concha.

En caso de moluscos de concha interna se conservan en alcohol de 70% en botes transparentes y de cierre hermético.

Las conchas, una vez secas, se rellenan de algodón, guardándose en cajas o bolsas con su etiqueta.

Los moluscos marinos suelen llevar en las conchas incrustaciones calcáreas (algas, tubos de poliquetos, balanus, etc.) debiendo ser eliminadas utilizando punzones, agujas, etc. No deben emplearse ácidos que atacarían a la concha. A continuación la concha puede limpiarse con un cepillo de dientes o uñas y jabón. Después se pasa un algodón humedecido en aceite de parafina o vaselina, proporcionándole brillo y protección a los colores. No es aconsejable utilizar aceite de oliva, ya que presenta acidez.

Una vez ya limpias se coloca el opérculo en su posición adecuada y se guardan en bolsas o cajas con la correspondiente etiqueta.

 

 

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