Almería:
hecha a mano ¿un libro más?
por Mariano Paracuellos
Grupo de Investigación
Ecología Acuática y Acuicultura
Universidad de Almería
No puedo
por más que manifestar mi más tañida admiración por un libro
publicado recientemente. Se trata de
García
Latorre, J. y García Latorre, J. (2007). Almería: hecha a
mano. Una historia ecológica. Fundación Cajamar. Almería
y evoca, desde múltiples perspectivas y la mas absoluta
rigurosidad, cual ha sido, a lo largo de la historia geológica,
ecológica y humana, la relación de fuerzas que han hecho posible
configurar el escenario ambiental que actualmente enmarca a la
provincia de Almería y a su entorno más inmediato en el,
supuestamente, semidesértico sudeste ibérico.
Teniendo
en cuenta sus amplios conocimientos, diferentes experiencias y
complementarias profesiones como historiador e ingeniero de
montes que son, Juan desde su mirada retrospectiva, y Jesús
desde la ambiental, cautivan ya que, dada su forma de
exposición, es también un libro de aventuras y un verdadero
viaje en el tiempo. Ellos nos sumergen en variadísimos aspectos
de sinergia entre ambas perspectivas, la antrópica y la
ambiental, que confluyen en un mundo lleno de relaciones
causa-efecto en tierras almerienses, aseverando hipótesis, pero
también desmitificando modelos anticuados y, como no podría ser
de otro modo, alentando a un debate. Pues no se trata de un
libro de determinismos, si no de una puerta abierta a la duda, a
las elucubraciones y a la lógica de los que aprecian que la
interpretación de la naturaleza no ha sido, es o será nunca
fácil. |
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Portada del
libro. |
Ya era conocido
que los autores recorrían desde mediados de los 90 estos senderos de la
investigación, rastreando entre montañas, paisanos, archivos y fuentes
históricas aquellos recursos que les permitiesen aclarar sus dudas,
refutar rancias propuestas y formular, aseverar y reforzar las
conjeturas que esgrimen. Es de suponer que para encontrar las pistas en
forma de alcornoques, lobos, quejigos, fantasmas, madroños, topónimos,
pinos reales, osos, milagros, corzos, tsunamis, linces, ciervos, piratas
y fronteras de esta piel desnuda, verdaderos tesoros donde los haya, han
pasado muchas horas sin descanso. Y este es el resultado final de la
búsqueda, una interpretación de lo más simple: aunque otros factores
como el clima han podido haber variado en Almería durante milenios, lo
ha hecho de una forma mucho más acusada su ecología, evento propiciado
en gran parte por la mano del hombre. Además, ciertos pasajes brillan
con luz propia entre el mar de datos y reseñas, como por ejemplo el
referente a la extraña encebra, quizás un équido salvaje del
pleistoceno europeo (Equus hydruntinus), contemporáneo de mamuts
y osos de las cavernas, cuyos últimos ejemplares aún parecían vagar por
la antigua frontera murciano-almeriense en tiempos de Cervantes.
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Los dos autores, Juan y Jesús,
junto a un viejo olivo (Olea europaea) que, como probable
acebuche injertado, se trataría de un ilustre testigo presencial
de la mano del hombre en campos almerienses (foto: S. Cruz) |
Uno de los
autores bajo un ejemplar relicto de alcornocal (Quercus
suber) en la sierra de los Filabres donde, según la
fitosociología, nunca debió existir (M. Paracuellos). |
Una vez leída la
obra, ya no podrá tenerse la misma percepción del entorno que nos rodea
sin ahondar en las causas provenientes de la mano del hombre. Son muchos
los distintos autores que han puesto esto de manifiesto, pero los
Latorre nos insisten, nos obligan podría decirse, a pensar en el pasado
de civilizaciones y períodos, como Los Millares, El Algar, fenicios,
griegos, romanos e hispanomusulmanes, la reconquista y posterior
repoblamiento filipino, los siglos XVIII de las luces, XIX de las
revoluciones y XX de la modernización, para ser capaces de entender
realmente el medio natural que ahora estamos pisando. Dada la
oportunidad, no vendría de más aprovechar la ocasión que nos brinda esta
edición y todos los saberes que alberga para conformar una exposición
permanente acerca de la relación humano-natura de las Almerías.
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Jesus García Latorre señalando
una misteriosa inscripción hecha a mano en los montes
almerienses (M. Paracuellos). |
Magnífico paisaje cultural de la
sierra de los Filabres ¿cuanto tiempo le quedará de vida a este
fiel reflejo del pasado? (M. Paracuellos). |
Además, con sus
desinhibidas propuestas critican abiertamente el desafortunado manejo
que en muchos momentos se ha hecho del medio natural en Almería y las, a
veces desacertadas, decisiones de conservacionistas y gestores
responsables de ciertas actuaciones que no han hecho otra cosa que,
según los autores, empeorar la situación de degradación ambiental que
estamos padeciendo en la zona. De vez en cuando se echan en falta
librepensadores cualificados como estos, esgrimiendo verdades sin
trabas, para estimular la reflexión y la cordura.
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El antiguo
pueblo de Chercos Viejo colgado en una olvidada ladera
almeriense. Como los Latorre han podido corroborar, este
topónimo, ejemplar donde los haya, procede del acusativo plural
latino Quercos, nuestra actual encina (Quercus ilex) (M.
Paracuellos). |
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Por supuesto que
ya vendrán otros para rebatir o consolidar sus propuestas, así como para
completar aquellos posibles vacíos que han podido haber quedado en el
tintero, pero eso no le quita importancia a este trabajo realizado con
tanta valentía y arrojo y, estoy totalmente seguro, se trata de una obra
que, por muchos años, será volumen de referencia para cualquiera que
desee conocer algo de los por qués de este ¿árido? sudeste ibérico.
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