HACIA UNA NUEVA CRISIS ALIMENTARIA
Por Vicent Boix
Escritor, autor del libro “El parque de las hamacas”.
http://www.elparquedelashamacas.org
Noviembre de 2010
Especulando que es gerundio.
El pasado septiembre,
Aún así y a pesar de las buenas noticias, nada está siendo como antes de la crisis alimentaria de 2008. La propia FAO advertía en diciembre de 2009 que los alimentos mantenían precios elevados. Según una escala que confecciona esta institución, en noviembre de 2009 el índice de precios de los alimentos mantuvo una media de 168 puntos. Este nivel fue un 20% inferior al máximo histórico de junio de 2008, cuando la crisis mundial en los precios estaba en pleno apogeo. Sin embargo, antes de 2007, este valor nunca superó los 120 puntos y durante la mayor parte del tiempo se mantenía por debajo de los 100. Estas cifras indican claramente que, en los últimos años, los alimentos han experimentado incrementos espectaculares en sus precios que amenazan la seguridad alimentaria de millones de personas.
A finales de 2009, por el contrario, las reservas de cereales se habían recuperado, las exportaciones eran más adecuadas y el precio del petróleo había descendido, entonces ¿Por qué seguían los precios elevados?
Como muchas organizaciones y muchos expertos han indicado,
dos de las causas señaladas por
La organización GRAIN cita que el dinero especulativo en
alimentos, creció de los 5.000 millones de dólares en
En los meses de agosto y septiembre de 2010, en la bolsa
de futuros de Chicago (el principal nido de especuladores) el trigo sufría un
incremento del precio de un 60-80% respecto al mes de julio. Al parecer, algunos
brokers
vieron una oportunidad de oro en la prohibición de las exportaciones de trigo en
Rusia y la escasez en otros países como Ucrania y Canadá. Las multinacionales
alimentarias también reaccionaron ante el temor de la escasez. Por eso
realizaron contratos de futuros y acapararon toneladas de trigo.
Los precios, lógicamente subieron y los países de África
exigieron a
Por otro lado, el café tampoco se ha escapado de esta
vorágine especuladora. A finales de septiembre,
A pesar de todo, diversos expertos de países miembros de
En
octubre de 2010,
la situación de los precios provocó un ligero cambio de planteamientos. El
Comité de Seguridad Alimentaria de
Desde
A principios de noviembre de 2010, en el estado español, alguna marca de pasta ya comunicó aumentos del 15% para inicios de 2011, como consecuencia de la subida del precio del trigo. Los supermercados y distribuidores, dueños y señores de la cadena alimentaria, también han vaticinado incrementos en los precios de ciertos productos.[11]
Por eso en épocas de crisis, tocará rascarse más si cabe
el maltrecho bolsillo o comer directamente piedras del río, mientras esperamos
las “exploraciones de enfoques alternativos para mitigar la volatilidad”, que
están realizando algunos afortunados burócratas de
Las colmadas reservas y las soberbias cosechas, ya no sirven para aplacar la voracidad y la avaricia de unos pocos a los que no les importa que la gente muera de inanición. Los estamentos públicos en todas sus dimensiones y galaxias, tampoco están dispuestos a frenar las prácticas criminales del “Dios Mercado” y mucho menos a separar la agricultura y la alimentación de toda depravación mercantilista. Multinacionales, inversores, bancos y brokers seguirán siendo los amos del cotarro, caiga quién caiga, adelgace quién adelgace.
Es por eso que seguirán teniendo la culpa las malas cosechas aún cuando no hay malas cosechas. También los países que limitan sus exportaciones en momentos de riesgo, aunque eso es lo que harían todos si pudieran. Porque resulta más práctico mirar a otro lado y echar balones fuera, que incentivar una soberanía alimentaria que garantice alimentos de calidad y reactive el tejido rural en cada ciudad, nación, estado o continente.
El control de los recursos agrícolas.
El suculento negocio de los agrocombustibles fue señalado
como otra de las causas principales del alza de precios en la comida en el año
2008. Jean Ziegler, el ex relator especial de
La cuestión principal es que millones de hectáreas en el mundo -especialmente en los países del sur- ya no satisfacen las necesidades alimentarias de sus pueblos, sino que se han transformado en factorías para cultivar productos destinados a los países económicamente ricos. Los agrocombustibles porque han supuesto la más reciente vuelta de tuerca, pero no hay que olvidar que existen otros productos como la soja que acaba de forraje para el ganado, el algodón, el café, el azúcar, flores y decenas más de productos agrícolas que se producen en países pobres, bien porque sólo pueden brotar en ciertos climas o bien porque es más rentable producirlos en dichos lugares.
El tinglado hoy en día se mantiene. Con la crisis de los precios millones de personas soportaron hambre, mientras unas pocas transnacionales de granos, productos agroquímicos, semillas, agroexportadoras, así como grandes cadenas de supermercados y especuladores, lograron en 2007 y siguen generando ahora, extraordinarios beneficios gracias a que conforman oligopolios y controlan toda la cadena productiva.[13]
Para visualizar de una forma más gráfica cómo estas grandes compañías siguen logrando bienes mientras la gente sufre inanición, expondré un sencillo ejemplo de una de las compañías más controvertidas que existen: Monsanto.
Para ello nos remontaremos al año 2008, en el que se produjo también una importante subida en los precios de los insumos químicos destinados a la agricultura. Como es lógico deducir, este hecho originó que muchos agricultores prescindieran de ellos, lo que en algunos lugares acarreó un descenso en su producción. Lógicamente, una menor oferta sumada a un incremento en los costes de producción, redundó en el aumento del precio de los cultivos. En esos días, se atribuyó esta subida de los agroquímicos al incremento del valor del petróleo, la movilidad del dólar, la crisis en USA, etc.
Sin embargo la realidad pudo ser otra. En febrero de 2008, Monsanto ya pronosticaba para dicho año la ampliación en el beneficio bruto por la venta de Roundup (su herbicida estrella) que oscilaría los 1300 y 1400 millones de dólares, “…respaldado por el aumento de los volúmenes y los precios a nivel mundial.”.
De
Según un informe
de GRAIN fechado en abril de 2009,
“…las ganancias de
Nestlé de 2008 subieron un impresionante 59 por ciento, y el incremento de
Unilever se acercó al 38 por ciento (…). Los beneficios del cuarto trimestre de
2008 para el gigante minorista más grande del mundo, Wal-Mart, disminuyeron
ligeramente, lo cual no sorprende dada la profunda recesión que afecta a los
EE.UU. Aún así rastrilló 3 800 millones de dólares durante ese período.”
Beneficios para algunas
de las compañías de semillas/pesticidas más grandes del mundo. |
||
Compañía |
Beneficios 2008 (millones
de US$) |
Aumento respecto a 2007
(%) |
Monsanto |
2.926 |
120 |
Syngenta |
1.692 |
19 |
Bayer |
1.374 |
40 |
Dow |
761 |
63 |
BASF |
894 |
37 |
Fuente: GRAIN[16]
Estos beneficios se explican en parte por el control casi
monopólico que ejercen. Según el grupo ETC en su informe “¿De quién es la
naturaleza?” (Publicado en noviembre de 2008), el 67% del comercio mundial de
semillas era manejado en 2007 por 10 grandes multinacionales (DuPont,
Syngenta, Limagrain Bayer, etc.). Sólo Monsanto detentaba casi el 25%.
De acuerdo con
la misma fuente, 10 empresas controlan el 89% del comercio de agroquímicos (Bayer,
Syngenta, Dow, Monsanto, etc.). De ellas, las seis más poderosas también
participan del negocio de las semillas. Además el 26% del mercado mundial de
comestibles empaquetados también es colmado por 10 transnacionales (Nestle,
Pepsico, Kraft, Coca-cola, Unilever, Danone, etc.).[17]
Hace 30 años que Frances Moore Lappé y Joseph Collins escribieron el magistral libro “Comer es primero. Más allá del mito de la escasez.[18] Con suma destreza y desatando una impresionante tormenta de datos y bibliografía, los autores van desmontando las premisas oficiales que durante esos años intentaban explicar la creciente hambruna en muchos países del mundo.
Haciendo gala al propio título, el libro combate con tesón la idea de que la escasez de alimentos es el motivo del hambre y el subdesarrollo. De esa forma, Moore Lappé y Collins van argumentando poco a poco, que la causa del desasosiego en muchos estados del sur es el control por parte de unos pocos de los recursos agrícolas, entendidos éstos como la tierra, los insumos, las semillas, el comercio, la distribución y en general cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria.
La conclusión más amarga tras leer esta investigación, es que hoy nada ha cambiado y se profundiza en los mismos esquemas que antaño, como bien se puede visualizar con los balances económicos que se desgranaban más arriba y que acaecieron justo en un periodo de crisis alimentaria de proporciones mundiales que dejó a millones de personas hambrientas.
La agricultura tradicional y el intermediario
feroz.
Se han ofrecido datos de la influencia de la especulación en los precios de los alimentos. También sobre el control que ejercen algunas transnacionales en algunos recursos agrícolas y los beneficios que acarrea dicho oligopolio. Se ha visto como algunas empresas alimentarias también ganaron sumas ingentes en periodos de hambre. Y en este punto nos centraremos un poco más en este aspecto del comercio de los alimentos.
Aquellos campesinos y
agricultores que no cultivan para subsistir o no venden en mercados locales,
tienen que luchar por su porción de pastel dentro del supermercado global. Eso
conlleva acatar las condiciones de aquellos que especularán con sus cultivos y/o
que comprarán sus productos (intermediarios, transnacionales agroexportadoras,
ciertos minoristas, centros comerciales, supermercados, etc.).
El principal problema que enfrenta el campesino es que estos
intermediarios, transnacionales, etc. ejercen un control sobre el comercio de
los alimentos y son los que imponen los precios y las características de los
cultivos. Estamos pues ante otro eslabón de la cadena alimentaria, dominado una
vez más por un oligopolio que establece los parámetros sin medir las
consecuencias.
Estos
productos que son literalmente “robados” al agricultor, luego multiplican su
valor en las estanterías de comercios y supermercados. En España,
Se ha llegado a este extremo
porque la distribución ha quedado en manos de un puñado de intereses que imponen
sus condiciones.
En España, en el año 2005, el 90% de la venta de alimentos estaba controlada por
la distribución moderna y es más, el 75% del total lo manejaban cinco
supermercados y dos centrales de compra. Esta concentración de la oferta creció
en la medida que cerraban sus puertas más de 70.000 tiendas tradicionales en la
última década.[20]
Cifras similares se repiten en otros países. En Suecia en el año 2000, tres
distribuidores modernos acaparaban el 95,1% de la venta de alimentos. En
Dinamarca eran seis los que controlaban el 63,8%. En Argentina tres conseguían
una cuota del 45,3% y en Chile tres más obtenían un 39,6% del total.[21]
Este fenómeno del intermediario es bien conocido a nivel
mundial. En julio de 2004 pude asistir al IV Foro Mesoamericano por
Luis Sabini[22]
plasma perfectamente los devastadores efectos de este tipo de medidas, en su
artículo “La crisis mundial de las producciones locales”.[23]
Según datos de Hernán Pérez Zapata[24]
(cit. p. Luis Sabini),
Colombia antes podía auto abastecerse de su propio trigo hasta que el
estadounidense fue invadiendo sus mercados. En 1966 el país sudamericano
producía 160.000 toneladas e importaba 120.000 toneladas. En 1990 cultivaba
20.000 e importaba 1.200.000. En el 2004, la importación superó 1.800.000
toneladas.
En México,
Este fenómeno de las importaciones excedentarias subsidiadas
favorecidas por la rebaja en los aranceles, es catastrófico porque extermina a
millones de agricultores que no pueden competir, aunque sería injusto
circunscribirlo en una sola dirección norte - sur.
Más que nada porque muchos terratenientes, distribuidores e
inversionistas han acaparado tierras en los países del sur, y han deslocalizado
ciertos cultivos ya que pueden obtenerlos más baratos. Hacendados y aristócratas
de naciones pobres también han entrado en esta dinámica y venden grandes
cantidades de cultivos a intermediarios del norte. De esta forma, estos
alimentos cultivados en el sur por grandes intereses, viajan hacia las
estanterías de las naciones del norte y como son más competitivos desplazan a
sus agricultores hasta llevarlos a la ruina. Campesino del norte, jaque mate.
Los pequeños agricultores de los países del sur antes
generaban sus alimentos pero fueron abatidos por las importaciones subsidiadas
entre otros motivos. Ahora las tierras de estos países cultivan para exportar
productos exóticos sobre todo. Estas naciones, una vez aniquilados sus
agricultores, dependen de las importaciones de alimentos, que pueden estar
peligrosamente encarecidas si los brokers
deciden jugar un poco. Quienes no puedan aceptar las condiciones del
intermediario ni competir con las importaciones subsidiadas, deberán abandonar
la tierra y buscar otra manera de subsistir. Campesino del sur, jaque mate.
Por eso millones de
agricultores abandonan la tierra cada año y ésta acaba concentrándose cada vez
en menos manos. España, con cifras del último censo agrario disponible (año
1999), había perdido en una década más del 21% de las explotaciones agrarias,
mientras la superficie utilizada y labrada ascendían.[26]
En
Entre 1994-1996, la agricultura acogía al 47% de la población económicamente
activa a nivel mundial, cifra que en 2006 descendió a un 42% según
[1] FAO: “925 millones de personas sufren hambre crónica en el mundo”, Roma, 14 de septiembre de 2010.
FAO: “1020 millones de personas pasan hambre”, Roma, 19 de junio de 2009.
[2] FAO: “Los precios de los alimentos vuelven a subir” Roma, 9 de diciembre de 2009.
[3] GRAIN: “El negocio de matar de hambre”, abril de 2008.
[4]
FAO: “Los mercados de futuros necesitan algún tipo de regulación”
Roma, 23 de junio de 2010.
[5] ZARAGOZA, J.L: “Cereales por las nubes”, en Levante suplemento EMV, Valencia, 12 de septiembre de 2010, pag 1 y 2.
[6] FAO: “La volatilidad de los precios amenaza a la seguridad alimentaria”, Roma, 24 de septiembre de 2010.
[8] FAO: “La volatilidad de los precios amenaza a la seguridad alimentaria”, Roma, 24 de septiembre de 2010.
[9]
FAO:
“El
CSA pide actuar contra el hambre y el alza de precios de los alimentos”
Roma, 19 de octubre de 2010.
[10] FAO: “La volatilidad de los precios amenaza a la seguridad alimentaria”, Roma, 24 de septiembre de 2010.
[11] BERENGUERAS, J.M.: “La escalada de las materias primas obligará a los súper a subir precios”, en Diario Mediterráneo, Castellón, 2 de noviembre de 2010.
[12] UITA, 19 de marzo de 2008, en http://www.rel-uita.org/agricultura/con_jean_ziegler.htm
[13] GRAIN, op cit.
[14]
[15] http://monsanto.mediaroom.com/index.php?s=43&item=572 y http://www.monsanto.com/pdf/investors/2009/04_02_09.pdf
[16] GRAIN: “Las corporaciones siguen especulando con el hambre”, abril de 2009.
[17] ETC: “¿De quién es la naturaleza?”, noviembre de 2008.
[18] MOORE LAPPÉ, F. y COLLINS, J.: Comer es primero. Más allá del mito de la escasez, Siglo XXI Editores, México, 1982.
[19]
COAG: “A
pesar de unos precios más bajos al consumidor, la diferencia
origen-destino aumenta un 9% en el último año y roza el 500%”, 14 de
enero de 2010.
[20]
Observatorio de
[21] Planells, J.M., Mir J., 2000. Cit. por F. García y G. Rivera: Supermercados no gracias, Icaria Editorial, Barcelona, noviembre de 2007.
[22]
Periodista, editor de la revista Futuros, coordinador del seminario de
Ecología y DD.HH. de la cátedra de DD.HH. de
[23] SABINI, L.: “La crisis mundial de las producciones locales”, 23 de mayo de 2005, en http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/16287
[24] PEREZ, H.: “La seguridad alimentaria frente al ALCA-TLC”, presentación en el Seminario de Seguridad Alimentaria, realizado en Armenia, Colombia, 2003.
[25] INFODEMEX: “A 10 años del Tratado de Libre Comercio perdió la autosuficiencia arrocera”, en Argenpress, 1 de agostote 2005, en http://www.argenpress.info/nota.asp?num=022837
[28]
GALA, R.:
“Agriculture without farmers”, Institute of Science in Society, 6 de
julio de 2005, en
http://www.i-sis.org.uk/AWF.pHp