RESTAURACIÓN DEL HUMEDAL Como ha quedado claro a lo largo de la exposición, las Salinas de Terreros constituyen por definición una zona húmeda (punto 1.1.) . Desde hace dos décadas y tras el abandono de la explotación salinera, sus valores ecológicos han permanecido prácticamente intactos. Esta situación facilita la gestión y la ordenación de sus recursos naturales y posibilita la realización de actuaciones que preserven la integridad del biotopo y potencien su diversidad biológica, sobre todo en lo referente a la ornitocenosis acuática. Una de las medidas que podrían acometerse en la localidad es la restauración del humedal. Como se ha detallado en el punto 1 y sus epígrafes, las zonas húmedas en general y las almerienses en particular poseen un extraordinario valor ecológico para multitud de aves acuáticas amenazadas, que han visto desaparecer, a lo largo de este siglo, sus principales áreas de distribución en el litoral mediterráneo. Tenemos, por tanto, la oportunidad de contribuir positivamente en el aumento de la biodiversidad en este ecosistema, situado en un punto geoestratégico y que ofrece un potencial biológico excelente. Aun existen antiguas infraestructuras, esenciales para el manejo antrópico del hábitat como son el canal de entrada y el de desagüe del circuito, diques de separación entre los depósitos y, sobre todo, un substrato adecuado para la realización de este proyecto.
Los objetivos principales de la restauración de este aguazal serían los siguientes: 1.- Mantener una lámina de agua permanente a lo largo del ciclo anual, en ciertas partes de la localidad, potenciando de este modo el desarrollo de diferentes nichos ecológicos susceptibles de ser utilizados por la ornitocenosis acuática presente en otros humedales litorales y de la comarca. 2.- Crear un circuito de entrada - salida de agua marina. El objetivo no es la extracción de sal, sino mantener una lámina somera de agua. Para ello se deberá diseñar un sistema capaz de evitar la precipitación de óxido férrico, cloruro y sulfuro cálcico y sales, manteniendo un gradiente de salinidad constante, similar al descrito para el primer período del proceso salinero (ver punto 1.4). 3.- Regularizar sus usos y aprovechar sus recursos en dos dimensiones: la científica y la educación ambiental. Para ello se podría proceder a la redacción de un Plan de Conservación y Manejo, incluyendo los siguientes programas sectoriales: Restauración del Medio Natural, Uso Público, Manejo y Gestión de Recursos, Seguimiento e Investigación, Reintroducción de Especies Amenazadas, Control de la Calidad de las Aguas, Desarrollo de un Programa de Educación Ambiental y Promoción. En estos Planes irían desarrollados y regulados puntualmente todas aquellas actividades tendentes a la mejora del medio y compatibles con el mismo. A modo ilustrativo podemos citar algunas de ellas, como la construcción y diseño de sendas, itinerarios, observatorios de aves, aulas de educación ambiental, etc.; acondicionamiento de parte del recinto como planta de acuicultura marina; creación de un centro de aplicación de experiencias de acuicultura marina (Escuela Taller o Casa de Oficios); creación de un centro de investigación sobre restauración de saladares y salinas mediterráneas (mediante ayudas de Programas de la UE); establecimiento de un programa dentro de la Red NATURA 2000 para la conservación de una especie vegetal endémica, ... |