La Cañada de las Norias: crónica de un “impacto positivo”

 El origen de este aguazal antropógeno se remonta a inicios de la década de los ochenta. La demanda creciente de arcilla y su extracción masiva y continuada para la formación del primer sustrato del “suelo artificial” de los cultivos bajo plástico, encontró en los limos rojos del  "Corredor Las Norias - La Mojonera” -procedentes de materiales sedimentarios del Cuaternario- un excelente recurso que aún continua utilizándose para estos fines. La escasa profundidad a la que se encuentran en esta zona las aguas subterráneas del Acuífero Superior Central, el mayor de los existentes en el la Comarca del Poniente Almeriense, provocó la pronta inundación de las áreas excavadas y fue el motivo de que se realizaran extracciones superficiales muy extensas, observables incluso desde el espacio a través de las imágenes que nos proporcionan los satélites artificiales.

Extracción de arcillas

 Esta localidad se sitúa en una cuenca endorreica cerrada de 6 Km de longitud por 1,5 Km de anchura. El principal aporte de agua proviene del acuífero antes citado, al que se añaden la procedente de las precipitaciones, que desembocan en la cuenca a través de diferentes ramblas. El acuífero se recarga por infiltración del agua de lluvia y por los retornos de la usada en riegos y en los núcleos urbanos periféricos, descargándose por bombeos o mediante salidas naturales subterráneas hacia otros acuíferos colindantes, lagunas salobres del litoral o hacia el mar.  El alto gradiente de salinidad de ésta impide su utilización tanto para el riego, como para el abastecimiento urbano, situación que ha contribuido a que sus reservas medias no hayan variado en los últimos años e incluso sean excedentarias.

 El resultado final fue la creación de un humedad artificial de casi 200 hectáreas de terrenos inundables en los parajes de La Molina, Cañada del Puerco, Balsa del Sapo, El Salitral, El Antis y Cañada de la Higuera, todas ellas cercanas a la pedanía ejidense de las Norias de Daza y a la que un reducido grupo de naturalistas almerienses bautizamos, a principios de la década de los 90, con el nombre de Cañada de Las Norias, denominación con la que actualmente se la conoce internacionalmente.