HUMEDALES EN PELIGRO: SOS LA CAÑADA DE LAS NORIAS © Texto y fotografía: José Javier Matamala García 2001
Introducción En contadas ocasiones la actividad productiva humana lleva aparejada una incidencia positiva sobre el medio natural. Los ejemplos de estas singulares situaciones son escasos, constituyendo la excepción que confirma una regla casi inamovible. La aparición de nuevos hábitats de interés ecológico, dentro de esta sinergia, es casuísticamente aún más improbable y se deben al azar. Este tipo de fenómenos antropógenos, tanto por su rareza, como por la infinidad de parámetros ambientales que confluyen en ellos, merecerían una especial atención por parte de equipos multidisciplinarios capaces de analizar y recabar toda la valiosísima información de cómo la natura se instaura y evoluciona bajo tales condiciones. Almería cuenta con uno de los casos más singulares en el ámbito mundial que responde a éstas características: la Cañada de Las Norias –Las Norias de Daza, El Ejido-.
En los anales de la historia natural, el siglo XX, será recordado como el período en el que mayores agresiones se produjeron contra el Planeta Azul y contra todas sus formas de vida, incluida la humana. Los humedales, uno de los ecosistemas que aportan mayor biodiversidad e índices de biomasa tan solo comparables a los arrecifes de coral o los bosques tropicales que aún sobreviven, no quedaron exentos a esta debacle mundial y, tan solo en España, desaparecieron más del cincuenta por ciento de los existentes. Almería cuenta con un pequeño rosario de humedales litorales, cuya situación geoestratégica le confiere un extraordinario valor para multitud de especies de aves que habitan en este rincón del Mediterráneo Occidental, vienen para nidificar o lo utilizan en sus trasiegos migratorios entre África y Europa. En el marco jurídico de la Unión Europea, del Estado Español y de la Comunidad Autónoma Andaluza, estos hábitats y la mayoría de las especies que albergan están, a priori, estrictamente protegidos. Sin embargo, durante la última década se ha producido el mayor atentado ecológico provincial consistente en la destrucción impune de las Salinas de Guardias Viejas -El Ejido- para la construcción de una urbanización, tan innecesaria, como irregular, situación que se pretende obviar por parte de las administraciones competentes en salvaguardar el patrimonio natural andaluz. Sería bochornoso que el Alto Tribunal Europeo tuviera de nuevo que denunciar al Estado Español, como lo hizo en 1993 por un intento de urbanización de las Marismas de Santoña (Cantabria), por haber permitido asolar a este privilegiado enclave.
El “comité de expertos” designado por la Junta de Andalucía para proponer los Lugares de Interés Comunitario (L.I.C.), que conformarán la próxima Red Natura 2000, “olvidó” incluir en su propuesta, entre otros espacios singulares, a la Cañada de Las Norias, pese a que en 1996 se propusiera oficialmente su declaración como Reserva Natural Concertada y esté en trámite su inclusión como Zona de Especial Protección para las Aves (Z.E.P.A.) de la U.E. La omisión del humedal más importante de Almería y uno de los más singulares del Viejo Continente de esta lista, constituye un claro desconocimiento del medio ambiente almeriense y pone de manifiesto la necesidad urgente de salvaguardar de una vez por todas la integridad actual de los aguazales de este rincón del Sudeste peninsular, antes de que sea demasiado tarde. |