4.3.3.- LAS DEFENSAS DE LA COSTA. EL CASTILLO DE VILLARICOS

 

Castillo de Villaricos.

La Edad Moderna será especialmente traumática para Andalucía tanto por la sangría humana de la expulsión morisca, decretada por Felipe II en Marzo de 1570, como por la inseguridad general de las costas por las incursiones de los piratas berberiscos, obligando a levantar y mantener un cinturón de torres costeras.

El origen más antiguo de las defensas de la costa se remonta al reino nazarí de Granada pues bajo Yusuf I se mandó construirlas como defensa contra la piratería, habitual a ambas orillas del Estrecho. Con la reconquista de los Reyes Católicos las fortalezas serán sustituidas por guarniciones cristianas proporcionando una protección militar de la repoblación y manteniendo el carácter de vigilancia de la costa mediante una red de atalayas y torres informándose entre sí.

Los hombres encargados de la vigilancia eran llamados los guardas del mar, pero su actuación era poco efectiva por los escasos salarios, siempre llegados con retraso, estando más preocupados de pescar y cazar, para obtener el sustento diario, que de vigilar la costa.

Será en la segunda mitad del siglo XVIII cuando Carlos III, prototipo de soberano reformista e ilustrado, impulse de nuevo las defensas costeras para hacer frente a la rivalidad naval del gigante inglés tras la conquista de Gibraltar y por la continuidad del peligro berberisco, ya algo más esporádico. El contrabando gibraltareño de textiles y tabaco trataba de forzar el férreo mercantilismo proteccionista, y por ello era necesario vigilar más estrechamente la costa. Además se necesitaba reorganizar las milicias al servicio de estas defensas costeras y para ello publicó un reglamento en 1764.

Cada torre estaba al servicio de un cabo y de dos o tres torreros, mientras el regimiento de caballería de la costa vigilaba y patrullaba continuamente ésta, acudiendo a los posibles rebatos en las playas ante un inminente peligro de corsarios, que dificultaban el comercio interior y exterior. La señal de comunicación o peligro sería encendiendo el hacho (manojo de esparto) e incluso arrojándolo al campo circundante pero que pudiera ser más reconocible en las torres de alrededor, que seguirán la señal y correrían al aviso de toda la costa.

En el caso de Villaricos la pequeña reactivación comercial con barrillas y granos en el siglo XVIII obligaba a una presencia de la administración para cobrar los adecuados impuestos. La construcción de la torre en 1772 continuaba la de Montroy de época medieval.

El modelo de Villaricos es similar al del castillo de Macenas (Mojácar) y responde al tipo de torre - fortín o construcción de planta de pezuña o herradura y muros a talud, formado por dos partes asimétricas: un volumen curvo en forma de semitronco de cono orientado al mar, albergando la batería de artillería, y dos semibaluartes tronco - piramidales mirando hacia tierra para proteger la entrada. Se corona con un bocelón (moldura) sobre el que se asienta el parapeto a modo de antepecho simple hacia el mar y con aspilleras hacia tierra. Interiormente encontramos dos plantas, la superior más desarrollada como vivienda de los defensores. La guarnición era un cabo y cuatro soldados dependientes de la Comandancia de armas de Vera.

Castillo de Jesús Nazareno (Garrucha).Uno de los ejemplos más completos de estas defensas costeras es el modelo de castillo o fuerte, de mayores dimensiones y destinado al acuartelamiento de tropas, como el de Jesús Nazareno en Garrucha, construcción de planta poligonal orientada según un eje Este - Oeste (mar - tierra) y desarrollada en torno a un patio central con crujía perimetral, además de baluartes salientes para proteger la puerta de acceso, todo ello con arreglo a los métodos de ingeniería militar del momento. El frente marítimo está compuesto por una plataforma semicircular escondiendo las edificaciones y donde se instalaba el cuerpo de artillería, con unos paramentos macizos en talud con los escasos huecos de las aspilleras.

Funcionalmente podemos distinguir en estos castillos costeros, construcciones defensivas más amplias y complejas que una simple torre vigia, tres elementos diferenciados:

a) Entada. Situada en el frente terrestre, está compuesta por una pequeña plaza de armas exterior formada por dos muros exteriores en punta, debiendo servir para defender la puerta de acceso.

b) Patio. Núcleo central para acceder a las dependencias interiores y, mediante una escalera, a la cubierta preparada para la defensa.

c) Batería. Plataforma para el uso de la artillería, a la que se accede desde el patio mediante una rampa.

La construcción es a base de mampostería en las gruesas paredes principales, fortificándose los ángulos con grandes sillares de piedra.

Castillo de San Juan de los Terreros.